Massachusetts Institute of Technology  

Informe del Taller de Formación Continua para Profesionales

Jed Horne

Sesión plenaria de apertura del segundo taller para profesionales del Programa Integrado.

Hotel Vista Hermosa, Tequesquitengo, México. Agosto en Tequesquitengo puede ser abrasador, y el claro azul de la piscina de este complejo turístico de la era de la Conquista terriblemente atractivo. Después de unas cuantas miradas furtivas, los participantes del segundo taller para profesionales resistieron la tentación y se pusieron manos a la obra. Los participantes, procedentes de universidades, departamentos del gobierno, ONG ecologistas y la industria estaban aquí para aprender. Las amplias y lujosas instalaciones del Hotel Vista Hermosa tenían una importancia secundaria.

El taller estaba organizado por el Programa Integral sobre Contaminación del Aire Urbana, Regional y Global: el caso de estudio de la Ciudad de México (Proyecto de la Ciudad de México), como parte de sus actividades educativas, y patrocinado por la Comisión Ambiental Metropolitana. La agenda de la semana se dividía en dos talleres de tres días dirigidos por expertos mundiales en sus respectivos campos de estudio. El Dr. John Evans, del Centro para el Análisis de Riesgos de la Universidad de Harvard, empezó su intervención con una discusión sobre el análisis de riesgos—una herramienta útil para comunicar los avances de las investigaciones científicas a los actores sociales involucrados. El Dr. Lawrence Susskind, del Departamento de Estudios Urbanos y Planeación del MIT, coordinó un foro especialmente interactivo sobre negociación y resolución de conflictos—un componente clave en la toma de decisiones de carácter ambiental, y un área que a menudo se nutre del análisis de valoración de riesgos.

Con cara de sueño y todavía ahítos de la cena de bienvenida del domingo por la noche, el lunes a las 8:30 de la mañana los participantes entraron en fila a la majestuosa sala de conferencias del hotel, ansiosos y listos para aprovechar la semana.

Introducción a la evaluación de riesgos. Del 12 al 14 de agosto

Los participantes aprendieron técnicas de negociación durante varios ejercicios de simulación.

Después de que los representantes de la CAM diesen la bienvenida a los participantes y la organizadora del taller, la Dra. Luisa Molina del MIT, hiciera unos primeros comentarios a raíz de la inauguración de éste, el Profesor Mario Molina introdujo al Dr. Evans, quien comenzó su presentación lanzando tres preguntas clave a la audiencia: ¿qué es el riesgo?, ¿puede ser estudiado? Y si puede serlo, ¿cómo podemos utilizar las evidencias que tenemos para evaluarlo?

Observando los campos de estudio tan diversos de los que procedían los 60 y pico profesionales que participaban en el taller, el Dr. Evans preguntó cuál sería la formación “ideal” para alguien que quiere hacer análisis de riesgos. Todos se dieron cuenta rápidamente de que, al igual que ocurre con el problema de la contaminación atmosférica, se trata de una tarea verdaderamente multidisciplinaria, una labor que requiere del conocimiento experto de químicos, médicos, especialistas en estadística, y epidemiólogos –afortunadamente, grupos bien representados en esta extraordinaria congregación de gente.

El análisis de riesgos, argumentó el Dr. Evans, es una herramienta importante para que estas disciplinas puedan comunicarse entre ellas, para racionalizar los objetivos de la investigación, y para facilitar la toma de decisiones entre todas las partes interesadas. Para las organizaciones representadas en la sala, la evaluación de riesgos es particularmente interesante porque puede ayudar en la toma de decisiones relacionadas con la gestión de la contaminación atmosférica, añadiendo credibilidad y amplitud a los análisis costo-beneficio, que de otra manera podrían carecer de apoyo político. Por otro lado, el análisis de riesgos ofrece un marco para evaluar los supuestos que se tuvieron en cuenta a la hora de tomar una decisión concreta. Son a menudo estos supuestos, más que las cuestiones científicas puras y duras, las que guían el diseño de políticas.

La evaluación de riesgos para la salud pública se divide en cuatro fases: identificación del peligro, evaluación de la exposición, evaluación del binomio dosis-respuesta y caracterización del riesgo. De nuevo, a menudo es cómo calificamos o etiquetamos los peligros, más que el riesgo que de verdad representan, lo que guía la mayor parte de la reacción pública al peligro y, a su vez, las respuestas políticas a éste.

El Dr. Evans continuó describiendo las diferencias entre evaluación de riesgos relacionados con el cáncer y riesgos no relacionados con éste. La evaluación del riesgo de cáncer asume por lo general un relación linear entre dosis y riesgo. La evaluación de riesgos no relacionados con el cáncer, por el contrario, emplea una curva de tipo umbral de dosis respuesta. Los evaluadores de riesgos no relacionados con el cáncer calculan lo que se conoce como el NOAEL (nivel donde no se observa ningún efecto negativo) o el LOAEL (nivel más bajo donde se empieza a observar algún efecto negativo). Estos números nos indican un umbral mínimo de exposición a ciertas sustancias contaminantes y toxinas, y se utilizan para calcular las dosis de referencia (RfD), un valor empleado para el diseño de políticas que denota los valores máximos aceptados de dicha sustancia química. El taller prosiguió con una explicación exhaustiva, de carácter técnico de la evaluación de riesgos relacionados y no relacionados con el cáncer, incluyendo métodos para la realización de bioensayos de dosis bajas y extrapolación entre especies. También se analizó la evidencia epidemiológica, y se dio a conocer a los participantes el famoso estudio de las “seis ciudades”, que muestra una relación entre mortalidad y contaminación atmosférica en los EEUU.

Siguiendo la introducción del Dr. Evans, Paulina Serrano, una estudiante de doctorado de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, presentó su investigación sobre evaluación de riesgos de los compuestos orgánicos volátiles (VOC) en la ciudad de México. Durante su investigación, Serrano recogió datos de doce lugares distintos de la ciudad. Su presentación suscitó considerable interés y también un poco de polémica –lo cual no sorprende dada la experiencia y conocimientos de los participantes en el taller y la conexión de la investigación de Serrano con el problema en cuestión.

Serrano habló también de su investigación sobre evaluación de la exposición a sustancias contaminantes dentro de la ciudad, de nuevo otra área polémica. Se planteó la posibilidad de que la contaminación atmosférica dentro de los edificios sea una fuente fundamental de exposición a los VOC, cuestionando algunos de los supuestos en los que se basa el control de la contaminación atmosférica y desafiando a los encargados de tomar de decisiones a considerar el control de la contaminación dentro de microambientes.

Roberto Muñoz, subdirector de análisis e información, de la Secretaría de Medio Ambiente del gobierno del Distrito Federal, también presentó sus avances en el campo de la salud pública y la estimación de los efectos sobre la salud. La relevancia de su tema concreto de estudio y la naturaleza polémica de su área de investigación generó un debate metodológico y teórico sobre valoración, coste y percepción social de las estrategias de control.

El Dr. Evans finalizó su intervención ofreciendo una presentación de su trabajo sobre análisis del valor de la información. Aunque es verdad que provistos de una mejor información somos capaces de decidir mejor, ocurre a menudo que el coste de obtener una mejor información y el retraso que esto supone en la toma de decisiones puede superar los beneficios derivados de obtenerla. Por ejemplo, un retraso a la hora de promulgar restricciones respecto a las emisiones de partículas finas debido a una política ambiental excesivamente prudente puede dañar más que ayudar a la sociedad. El análisis del valor de la información es una herramienta importante para establecer prioridades en la investigación.

Negociación y resolución de conflictos. Del 15 al 17 de agosto.

 

Los participantes aprendieron técnicas de negociación durante varios ejercicios de simulación.

El jueves se hizo cargo de nuevo de la presentación el Profesor Mario Molina. Al Dr. Susskind, Cátedra Ford del Departamento de Estudios Urbanos y Planeación Ambiental del MIT y presidente de la empresa consultora internacional Consensus Building Inc., se le unió el Dr. Basilio Verduzo Chávez, Profesor en el Departamento de Estudios Regionales de la Universidad de Guadalajara.

El Profesor Susskind empezó subrayando la creciente importancia de la negociación y la resolución de conflictos, concretamente en disputas polémicas donde a falta de un acuerdo de tipo amistoso se puede recurrir a los tribunales.

El Dr. Verduzco se remitió a su experiencia inmediata en México y comentó la rapidez con la que está cambiando el clima político en el país. La aparición de un sistema democrático de tres partidos hace que sea casi imposible imponer una decisión sin ningún tipo de conflicto, y la negociación se está convirtiendo en un instrumento esencial para resolver diferencias entre los responsables del diseño de políticas y los políticos.

Durante los tres días siguientes el énfasis recayó en tres juegos de negociación, en donde se simularon disputas ambientales y se introdujeron conceptos importantes para la resolución de conflictos.

En la primera simulación, dos países ficticios, Alba y Batia, competían en la venta de petróleo a un tercer país más rico llamado Capita. Se dividió a los participantes en 12 grupos, repartidos equitativamente entre Alba y Batia. Los grupos formaban parejas y cada par de dos países establecía los precios pensando en lo que podía ser el máximo beneficio, ya que no tenían información sobre cómo el otro grupo tomaba la misma decisión. Después de una serie de rondas, se permitió a las partes enfrentadas que se reunieran y negociaran precios fijos para alcanzar un máximo beneficio.

Obviamente, muchos de los acuerdos no fueron perfectos. Mala comunicación, traición y decisiones encarnizadas empañaron el hacer de unos pocos grupos de negociación, a menudo rebajando las ganancias de ambas partes.

Después del primer juego, se llegó a la conclusión de que las tres características más importantes de un buen negociador son la capacidad de provocar, la disposición a perdonar y la claridad. Es importante castigar la traición o el abandono de las negociaciones, pero es igualmente importante perdonar cualquier sincera retractación de los errores. Una estrategia ambigua o confusa simplemente deja al otro equipo sin orientación, haciendo que el acuerdo sea casi imposible.

El Dr. Susskind pasó entonces a explicar el enfoque de “ganancias mutuas” en la toma de decisiones –un proceso compuesto de cuatro pasos. El primer paso, y quizás el más importante de todos, es la preparación. El segundo paso es la creación de valor, que hay que hacer antes de discutir la división de los beneficios, y que es como crear un “gran pastel” por el que hay que competir. El tercer paso consiste en la distribución del valor generado durante el segundo paso. Y el último paso, que a menudo ignoran los responsables de tomar decisiones, es el seguimiento y cumplimiento de lo acordado.

Las partes que compiten tienen en cuenta el mínimo aceptable —¿cuál es su mejor alternativa a la no negociación (BATNA)? Aquí la pregunta más importante es ¿qué ocurriría si...? Con un poco de imaginación los jugadores se dan cuenta de que a menudo tienen más que ofrecerse unos a otros de lo que ellos pensaban, probablemente bastante más que sus respectivos BATNAs. Las tres características de la buena negociación, la capacidad de provocar, la disposición a perdonar y la claridad, son todavía válidas. También es necesario estar preparado para cualquier imprevisto o sorpresa que pueda ocurrir durante la propia negociación o durante su implementación final.

 

Dres. Basilio Verduzco Chávez (izquierda) y Lawrence Susskind.

Para realizar el juego más importante del taller, se dividió a los participantes en grupos de tres para competir en una pequeña negociación de tres partes, donde los tres jugadores no tienen el mismo poder de negociación. La clave del éxito de este segundo juego fue la construcción de coaliciones –una habilidad fundamental durante el tercer y mucho más complejo juego de negociación en el que intervienen múltiples partes, y que se conoce como Pablo Burford.

En la simulación de Pablo Burford, los participantes fueron divididos en grupos de diez. Cada jugador representaba un departamento del gobierno diferente, una ONG o cierto grupo de presión. A todos juntos se les encargó resolver las disputas entre un país en vías de desarrollo, Pablo, y su país vecino desarrollado, Burford. Los participantes reaccionaron favorablemente al juego, y demostraron haber aprendido de los juegos anteriores y de las discusiones teóricas.

Dong-Young Kim, estudiante de doctorado bajo la supervisión del Dr. Susskind y colaborador del Proyecto de la Ciudad de México, estaba contento con los resultados. “Como estaba encargado de filmar el taller, me estuve fijando en los participantes. A pesar del sofocante calor y de las largas sesiones, no pillé a nadie durmiéndose. La gente se tomó tan en serio el juego de Pablo Burford que ni siquiera hablaron de las enchiladas de la comida” apuntaba.

El Dr. Susskind se quedó igualmente impresionado. Comentó que “Los participantes parecían completamente dedicados a la tarea. Desempeñaron papeles que a menudo eran extraños para ellos y lo hicieron con habilidad y pasión. Creo que las capacidades de negociación que se han transmitido en este seminario serán de gran importancia para muchos de los participantes en su vida profesional”.

El domingo 18 de agosto los participantes tuvieron que abandonar su papel de estudiantes y volver a sus trabajos reales como ingenieros, abogados, científicos y funcionarios. La conferencia fue un éxito rotundo, y todo el mundo parecía de buen humor de vuelta a casa. Quizás fue algo que habían aprendido, aunque la razón también pudo ser que unos pocos hicieron algo más que echarle un vistazo a la piscina –sólo por la noche, por supuesto. Pertrechados con nuevos instrumentos, todos abandonaron la serenidad de Vista Hermosa mejor preparados para enfrentarse a los nuevos desafíos que les esperan.

Agradecimientos. Agradezco al Profesor Gerardo Mejía de ITESM, al Profesor Larry Susskind del MIT y a Dong-Young Kim la información suministrada para este artículo.

 
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